El cáncer, en todas sus variantes, es una de las más alarmantes epidemias de nuestra sociedad. Hoy prestamos atención en una de las consecuencias más visibles de los tratamientos con quimioterapia: la caída del cabello.
Para muchas mujeres que padecen cáncer y pierden el pelo, el impacto de la enfermedad es muy alto. Tal y como afirman algunas de las que han conseguido vencer a la enfermedad, es como una especie de marca que golpea con dureza su debilitado ánimo. Muchas de ellas recurren al uso de pelucas para disimular los efectos del cáncer o para no dejarse intimidar por sus consecuencias intentando normalizar su complicada situación. Pero en muchos países las pelucas tienen precios muy restrictivos a los que no todos tienen acceso. Un ejemplo lo encontramos en Rumania.
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Para concienciar sobre la situación de estas mujeres en dicho país, Fundatia Renasterea y McCann Bucarest han lanzado la emotiva campaña Brave Cut, que anima a las mujeres a que se corten el pelo y lo donen para poder ayudar a las que padecen cáncer y no pueden permitirse una peluca.
El caso es que en Rumania, las mujeres son muy reacias a cortarse el pelo y esta campaña apunta a modificar esta idea. Razón por la que el mensaje no es que se corten el pelo porque sí, sino que lo hagan para estar a la (solidaria) moda.
Para ello, han contado con la colaboración de la estilista Iona Zamfir, quien ha diseñado un peinado muy a la moda: largo por uno de los lados y completamente corto por el otro. Todo el pelo recolectado se destinará a la fabricación de pelucas para ayudar a todas las mujeres rumanas que no pueden permitirse una y brindarles un alivio en la dura batalla contra el cáncer.