El 29 de junio tendrá lugar en Madrid el evento AEVEA&CO, insignia de Agencias de Eventos Españolas Asociadas-AEVEA con un claro carácter formativo y relacional para los actores de la industria.
El objetivo principal del encuentro es potenciar el reconocimiento de la industria de los eventos, reclamar su espacio y normalización, algo que otras áreas de actividad afines ya han conseguido. “Venimos de muchos años de hacer eventos sin absolutamente ninguna regla de juego”, manifiesta Darío Regattieri, presidente de AEVEA. “Hay otros gremios, como el turismo o la publicidad, que llevan regulados muchísimos años. Por eso AEVEA pretende promover la necesaria regulación estableciendo quiénes son los actores de esta industria y cómo participan e interactúan entre ellos”.
AEVEA&CO será una jornada de encuentros, debates y presentaciones, articulada en torno a tres grandes bloques: los eventos como herramienta para potenciar la imagen de las ciudades españolas, una reflexión sobre la industria desde un enfoque amplio, y el análisis de las tendencias y tecnologías que marcarán el futuro de la industria.
Participarán todos los actores de una industria que mueve actualmente 7.000 millones de euros anuales en España: agencias organizadoras, instituciones, administraciones públicas, escuelas de formación, proveedores de servicios para eventos, expertos en urbanismo y tecnologías, y todos los interesados en general en la “industria de las emociones”.
“La profesión de organizador de eventos está entre las más deseadas para los próximos diez años”, recuerda Darío Regattieri, según un reciente estudio difundido en medios económicos y generalistas. “No hay que olvidar que un organizador de eventos, más que vender algo tangible, vende emociones”.
Un evento para la industria de las emociones
Con un enfoque emocional, la propuesta es comprender el evento como situación única, irrepetible, presencial y mágica, capaz de generar en nosotros emociones intensas: este eje de conocimiento impregnará todos los momentos de AEVEA&CO, que apuesta por potenciar la realidad estética de las emociones integrando también análisis de comportamiento y motivación.
“Vivimos por y para las emociones”, subraya Regattieri. “Son lo que queda de una experiencia, lo que se recuerda pasados los años, cuando las palabras están olvidadas”.