La aparición del servicio de mensajería instantánea más popular del mundo vino a cambiar la forma de comunicarnos a título personal, pero también se ha convertido en un canal de comunicación para el ambiente corporativo.
Años atrás resultaba impensable tratar temas sensibles con nuestros clientes o colaboradores de nuestra empresa, por ejemplo, a través de los mensajes SMS. Hoy, con toda naturalidad, solemos enviar mensajes a diestra y siniestra a clientes, proveedores, prospectos, empleados, jefes o cualquier persona a la que le tengamos que decir algo.
Y es que analizar los canales de comunicación que preferimos a la hora de trabajar y hacer negocios cobra sentido cuando dimensionamos los alcances del servicio de las dos palomitas azules: en el mundo existen 1.000 millones de usuarios de WhatsApp en todo el mundo, lo que lo posiciona como la red de mensajería instantánea más grande a nivel global.
Nadie cuestiona la practicidad de enviarnos entre todos mensajes de texto instantáneos y las condiciones se prestan para que no haya inconveniente alguno para utilizar WhatsApp como una herramienta más para facilitar el flujo de comunicación, pues la seguridad de su sistema ha evolucionado al grado de que los mensajes cifrados de extremo a extremo son prácticamente imposibles descifrar, ni siquiera por los sistemas de la propia compañía, por lo que, los temas que tratemos es esas líneas de texto son completamente privados. Incluso se planea lanzar en breve un servicio de WhatsApp para fines corporativos.
Pero, ¿qué tan válido es el tratar temas cuya naturaleza deberían abordarse únicamente frente a frente? ¿Cuánta seriedad le estamos imprimiendo a los asuntos importantes si los abordamos en el mismo canal en el que solemos enviar cientos de memes, chistes y ociosidades?
Estas preguntas pueden acercarnos a una respuesta si volteamos a ver las prácticas en el mundo real. Una encuesta realizada en España, por ejemplo, afirma que el 78% de los españoles consideran que WhatsApp será, en un futuro, una herramienta que se utilizará de manera habitual en la búsqueda de trabajo.
Otro estudio de Business Insider coincide en que una de las razones del apabullante éxito de los mensajes de texto —lo que ha derivado en una evolución de la forma de comunicarnos— es resultado de la ansiedad que experimentan los millennials al hablar por teléfono, pues hoy millones de ellos evitan bajo cualquier circunstancia hacer llamadas regulares para comunicarse.
En el entorno laboral, los pros de usar una red tan práctica como WhatsApp pueden opacarse por la frialdad que puede significar el optar por platicar por esta vía, y nadie puede negar que, la ausencia del tono o intención de la voz, suele traer consecuencias como malos entendidos o confusiones que, en un ambiente ejecutivo, pueden ser dañinos y en muchas ocasiones entorpecer los objetivos corporativos que perseguimos.
Nos guste o no, el uso extendido de esta red a la hora de trabajar y hacer negocios es una realidad; sin embargo, la prudencia a la hora de utilizar para estos fines un canal de comunicación frío e impersonal nunca estará de más, y siempre será preferible que las noticias serias y los temas más difíciles de abordar sean tratados frente a frente.