Rex Huppke, para el Chicago Tribune.
Una rápida revisión de la larga e ilustre vida de Hechos muestra alguna de sus más celebradas afirmaciones: la gravedad hace que las cosas caigan, 2 + 2 = 4, el cielo es azul. Pero para muchos, los momentos más memorables de Hechos eran las evidencias del día a día, desde la certeza de un niño sobre el amor de su madre, hasta la reconfortante seguridad de que el programa favorito de televisión empezaría puntualmente a las 8 de la tarde. Durante siglos, Hechos fue una parte tan importante de la vida de la mayoría de la gente, que el filósofo irlandés Edmund Burke llegó a afirmar: ”Los hechos son a la mente lo que la comida es al cuerpo.”
Para sorpresa de los seres sensibles, Hechos murió el miércoles, 18 de abril de 2012, tras una larga lucha por la supervivencia frente al ciclo informativo de 24 horas al día, los blogs e Internet. Aunque pocos esperaban que Hechos lograra salir de la larga espiral de decadencia en la que estuvo sumido durante años, oficialmente murió por los daños sufridos la semana pasada, cuando el congresista republicano de Florida, Allen West declaró sin rubor que 81 de sus compañeros de la Cámara de Representantes eran comunistas.
Hechos logró mantenerse durante algunos días tras un ataque que se produjo sin la más mínima prueba o motivo, antes de exhalar su último aliento en la paz de su hogar, situado en un libro de física de Secundaria. A la hora de su muerte, Hechos tenía 2.372 años.
“Es muy deprimente,” afirma Mary Poovey, una profesora de Inglés en la Universidad de Nueva York, autora de “Una Historia del Hecho Moderno” (A History of the Modern Fact). “Creo que lo que los americanos deberían pensar sobre los hechos es que no hay acuerdo sobre lo que los hechos son. Esto significa que nunca vamos a alcanzar acuerdo sobre nada. Política fiscal, candidatos presidenciales: nunca nos pondremos de acuerdo en nada.”
Hechos nació en la antigua Grecia, hijo intelectual de afamado filósofo Aristóteles. Poovey afirma que, en su juventud, Hechos era conocido por sus “principios universales que todo el mundo acepta” o sus llamadas “asunciones compartidas.” Pero en el siglo XVI, el filósofo y científico inglés Francis Bacon tomó a Hechos bajo su tutela y empezó a desarrollar una nueva manera de pensar: “Hubo un cambio en la palabra ‘hecho’ para significar ahora observación empírica,” afirma Poovey. Hechos se convirtió en un conjunto de observaciones concretas derivadas de evidencias. Hechos estaba creciendo.
A lo largo de los siglos XIX y XX, Hechos alcanzó la madurez mientras el mundo se inclinaba por probar la verdad de las cosas a través de los principios de la física y los modelos matemáticos. Se respetaba a los científicos como árbitros de la verdad, y Hechos alcanzó la cima de su poder. Pero los días de gloria no durarían. Hechos empezó a ser cuestionado por la gente que no entiende cómo funciona la ciencia. Y al mismo tiempo hubo un ascenso del partidismo en la política y un crecimiento del número de medios que diseminarían la información, que rara vez recurrían a la opinión de Hechos. “Cualquier sentido colectivo de lo que era verdad o de cómo debían verificarse las apelaciones a la verdad se erosionó,” dice Poovey. “La opinión se ha convertido en la nueva verdad. Y mucha gente que ya tiene opiniones ven en las ‘noticias’ una afirmación de la opinión que ya tenían, y que confirma su opinión como un hecho.”
Aunque ya débil, Hechos perseveró durante las últimas dos décadas, a pesar de retrocesos históricos que incluyen los escarceos del presidente Bill Clinton con Monica Lewinsky, la justificación del presidente George W. Bush de invadir Irak y el debate sobre la nacionalidad estadounidense del presidente Barack Obama.
Hechos resultó repetidamente herido durante las recientes elecciones primarias republicanas, casi de forma letal cuando Michele Bachmann afirmó que una vacuna para una enfermedad de transmisión sexual provoca retraso mental. En diciembre, Hechos fue hospitalizado por unos días, después de que el canal MSNBC informara por error que en la campaña del candidato republicano Mitt Romney se estaba usando una expresión usada en tiempos por el Ku Klux Klan. Amigos y conocidos de Hechos manifestaron que la afirmación del diputado West de que docenas de políticos demócratas son comunistas fue simplemente más de lo que Hechos podía superar.
Con un mundo en duelo el miércoles, muchos eran incapaces de creer que Hechos se hubiera ido para siempre. Como dijo Gary Alan Fine, profesor de Sociología de la Universidad de Northwestern, “los hechos no están muertos. Hay muchos ahí fuera. Ha habido una auténtica explosión popular.” Fine se refiere a una de las batallas más grandes de Hechos, el debate sobre el calentamiento global. “Hay todo tipo de estudios, afirma. Hay información más que suficiente para demostrar cualquier cosa que quieras defender. Podrían preponderar un tipo de pruebas y hay comunidades que deciden que algo es un hecho, pero hay también hechos suficientes para quienes se oponen a esa afirmación para afirmar lo contrario.” Para algunos, la insistencia de Fine en la supervivencia de Hechos puede evocar la creencia de que aún viven estrellas del rock como Jim Morrison. “¿Cómo sé yo si Jim Morrison está muerto?” se pregnta Fine. “¿Cómo puedo saber que está muerto excepto que alguien me lo diga?”
Poovey, que conocía a Hechos como nadie, afirma que la defunción de Hechos es un hecho indudable. “La sociedad americana ha perdido su confianza en que haya una única posibilidad” afirma. “Cualquiera puede expresar una opinión en un blog o cualquier otro lugar y no hay forma de comprobarlo; dices lo que te da la gana, y se magnifica. Es este un mundo extraño en el que la opinión de una persona vale como la de cualquier otra.”
A Hechos le han sobrevivido dos hermanas, Insinuación y Afirmación Enfática, y un hermano, Rumor. El funeral tendrá lugar en la intimidad. En lugar de flores, la familia ruega a los amigos que hagan una donación a su organización política preferida.
Rex Huppke