Entre las cosas que más irritan a los usuarios está sin duda que les hagan esperar cada vez que tienen que acudir a un servicio de atención al cliente para solucionar incidencias. Ya sea por teléfono o de manera presencial, los usuarios saben que tendrán que lidiar con una compañía que no solo les hace perder el tiempo, sino que, además, no les soluciona el problema.
Por si fuera poco, y aunque parezca increíble, hay compañías que además cobran a los consumidores por cada minuto que se mantienen al otro lado de la línea sin obtener respuesta, una práctica que sigue siendo muy habitual en territorio francés.
Para acabar con esta situación y presumir de su foco en el cliente, ING ha decidido lanzar una campaña en la que hace énfasis en lo mucho que valora el tiempo de sus clientes, porque el tiempo es oro, y en este caso, literalmente, ya que el banco ha decidido pagar a sus clientes hasta 60 céntimos por minuto el tiempo que esperan antes de ser atendidos por sus empleados.
Con el objetivo de dar a conocer esta iniciativa ha creado una campaña compuesta por un vídeo en el que se muestra un experimento real. En ellas se ve a varios conductores en la cola de pago de una gasolinera. La sorpresa llega cuando el empleado les informa sobre el recargo por el tiempo de espera, para desesperación de los consumidores.
Una original idea creada por la agencia Rosapark que busca denunciar el “sinsentido” de cobrar por la espera. Además, se ha creado el hashtag #PayeTonAttente (Paga tu espera) con el que invitan a los usuarios a generar conversación sobre el tema.