Desde el Pleistoceno llegan albóndigas «prehistóricas» de mamut

Desde el Pleistoceno llegan albóndigas «prehistóricas» de mamut

La producción de alimentos es responsable de la cuarta parte de los gases de efecto invernadero que generamos los humanos, y si a ello sumamos el rápido crecimiento de la población, el problema se torna aún más grave y la búsqueda de soluciones es perentoria. Y más si tenemos en cuenta que el sistema alimentario actual tiene un rol protagónico en el declive de la biodiversidad. Razón de más para atacar cuanto antes este problema.

Una alternativa a la tradicional cría de ganado es la producción de carne cultivada a partir de células de animales, siempre y cuando el consumidor dé su beneplácito a tan singular método de generar alimentos.

En torno a este método orbita la campaña The Mammoth Meatball. Alumbrada por la agencia Wunderman Thumpson y la startup australiana especializada en carne sintética Vow, la campaña propone una albóndiga muy especial elaborada con carne de mamut, un animal extinguido hace ya 3.700 millones de años.

The Mammoth Meatball pretende poner de relieve las bondades escondidas en las entrañas de la carne producida en laboratorio a partir de células de animales. Y en este caso en particular el alimento en cuestión fue cultivado sin necesidad de que ningún animal tuviera que perder la vida en el proceso.

La receta en la que echa raíces la «receta» de las albóndigas de mamut de Vow y Wunderman Thompson son secuencias parciales del ADN de este animal prehistórico. En el cultivo de este tipo de carne «prehistórica» está involucrado específicamente el gen que produce la mioglobina, una proteína emparentada con el sabor propio de la carne.

A continuación, esta información genética se combina con el ADN de elefantes modernos, descendientes del antiguo mamut, y la nueva secuencia genética se introduce en mioblastos, unas células procedentes de las ovejas a partir de las cuales se generan tejidos musculares. El último paso en tan singular receta es replicar las células hasta lograr la cantidad deseada de carne.

El resultado es no solo revolucionario sino también muy sabroso. Así lo aseguran al menos los científicos que rubrican la receta.

«The Mammotuh Meatball viene a demostrar al mundo que, cuando la tecnología se fusiona con la creatividad, puede cambiar potencialmente nuestro futuro. Nuestro objetivo es prender la mecha de una conversación sobre la manera en que comemos y sobre el aspecto y el sabor de las alternativas a los alimentos que consumimos en la actualidad. La carne cultivada en laboratorio es carne, pero de una manera diferente a la carne a la que estamos acostumbrados», destaca Bas Korsten, director creativo global de Wunderman Thompson.