Existen muchas clasificaciones de consumidores o clientes y en este post nos centraremos en dos. Desde el punto de vista de la empresa cabe diferenciar tres grandes tipos de consumidores o clientes.

1) El consumidor o cliente actual: A los que hay que fidelizar, mantener, conseguir que incrementen la frecuencia de consumo y que ejerzan de prescriptores de la marca. Dentro de éstos están:

• Regular o habitual, que pueden ser grande, mediano o pequeño consumidor.
• Esporádico.

2) El consumidor o cliente potencial: Aquéllos que por sus características, necesidades, estilos de vida, etc., podrían ser clientes de nuestra marca o empresa pero que aún no lo son. Este segmento puede dividirse en dos grandes grupos:

• Los que consumen los productos de la competencia y habría que “robarlos”.
• Los que no son consumidores reales del producto pero son claros candidatos de serlo.

3) El consumidor imposible: Aquellos que no son consumidores actuales y nunca llegarán a serlo.

Como señala Rafael Muñiz González en Marketing del S.XXI, desde el punto de vista del Marketing y en función del nivel de fidelidad y satisfacción que el cliente mantiene con nuestro producto, nos encontramos con:

• El cliente opositor es el que busca alternativas a nuestro producto o servicio. Se encuentra descontento y critica el producto actuando como “contra-prescriptor” o prescriptor negativo.
• El mercenario, “aparece y desaparece” actuando sin ningún tipo de compromiso. No critica.
• El cliente cautivo se encuentra descontento y “atrapado” porque no puede cambiar. Es un vengativo opositor en potencia.
• El prescriptor tiene un alto grado de satisfacción. Es un fiel “amigo” y habla bien de nuestro producto.