En el último año, el crecimiento de los usuarios de televisión de paga en México ha sido inmenso. Según un estudio realizado por el Consejo Latinoamericano de Publicidad en Multicanales (LAMAC por sus siglas en inglés) en 2016 el 42% de los televidentes mexicanos había contratado algún servicio de televisión de paga. Para el 2017 se reporta que el 56% de los mexicanos estará disfrutando de la programación televisiva provista por algún servicio privado.
Según Gary McBride, CEO de el LAMAC, la tendencia a la alza de la televisión de paga en México se seguirá intensificando con el pasar de los años, llegando a un aproximado de 64% de la población en 2020. Este crecimiento desmedido acentuará la fragmentación de las audiencias en el país provocando que las estrategias de marketing utilizadas por los principales proveedores (Sky, Dish, Izzi, Total Play y Megacable) mejoren y se adapten a este segmento de consumidores tan complejo.
Estos datos refuerzan una situación específica: la pérdida de vigencia de la televisión abierta en el país. Una realidad que se hace más palpable con el éxito de servicios como Netflix, Blim, Claro Video y Amazon Prime en el mercado del entretenimiento audiovisual mexicano.
Según datos del IFT, la audiencia de televisión abierta en México se contrajo un 18% en los últimos dos años, un decrecimiento fuerte pero que aún mantiene al sistema de televisión público nacional como uno de los que más alcance tiene en el planeta y en el que la mayoría de las marcas de peso buscan anunciarse.