La inversión en marketing a nivel mundial podría llegar a 1.312 millones de dólares en 2020, según proyecciones de Statista. Esta cifra abre la pauta a un fenómeno interesante y que consiste en mantenerse a trote en un mercado en constante evolución.
Este avance se ha dado de la mano de las necesidades del consumidor, llevando a las marcas a encontrar en la mercadotecnia diversas especialidades con las que es posible aterrizar en una infinidad de áreas de oportunidad.
Ejemplo de esto lo ofrece el megamarketing, un concepto que engloba estrategias que influyen en la operación o entrada dentro de un mercado, gracias al diseño de estrategias económicas, políticas y de medios, que permiten a las marcas entrar con sus productos y formar estrategias de promoción, productos, establecer precios y diseñar una estrategia de distribución.
Cuba se ha convertido recientemente en un mercado potencial para marcas de distinta índole, luego de que el gobierno encabezado por Raúl Castro reanudó relaciones con la administración de Barack Obama.
A partir de este suceso, las marcas comenzaron a observar a Cuba como un gran escaparate para mostrar sus productos, como ocurrió con Chanel, marca de lujo que además lanzó una línea de productos inspirados en la isla. Infiniti también convirtió a Cuba en un escenario para una estrategia de contenido como recurso publicitario, al conducir el vehículo por las calles del país y lograr viralizar el material generado.
A partir de estos elementos políticos, económicos e incluso psicológicos, pues supone una eventual diversificación de las decisiones de compra del consumidor hacia propuestas comerciales, con la que se comenzará a dejar de lado servicios como el subsidio en alimentos, Cuba es un ejemplo que también se convirtió en un importante destino para la llegada de industrias como la turística, a través de aerolíneas y cruceros que han comenzado a utilizar la marca Cuba como estrategia comercial.