Ya en el año 1776, como consecuencia del tratado de Adam Smith, titulado La riqueza de las naciones, se establecieron las bases de lo que hoy se conoce como técnicas de marketing.
Un concepto que ha cambiado mucho pero cuya esencia permanece todavía vigente. Dos prismas complementarios que se debe saber utilizar para poder hacerse un hueco, a día de hoy, dentro de un sector concreto.
¿Qué aporta todavía el marketing tradicional?
Las estrategias de esta corriente pueden influir mucho en el proceso de expansión del autónomo más que en el de la pyme. De hecho, el puerta a puerta se convierte en una manera de abordar al potencial cliente realmente eficiente.
Una vez que se ha localizado el segmento al que pretende abordar, el trato personal y específico se puede considerar como un valor añadido con respecto a las grandes corporaciones. Quizá por ello las tarjetas de visita sean un recurso que, lejos de estar obsoleto, puede volver a cobrar importancia.
El coste de este recurso no es elevado y permite muchas posibilidades de personalización. Cualquier imprenta en Valencia, en Madrid o en pueblos de un número reducido de habitantes, disponen de los medios necesarios para poder llevar a cabo un buen diseño.
¿Por qué se debe adaptar la empresa, o el autónomo, a las nuevas tendencias?
El entorno digital es un medio en el que, independientemente del sector, cualquier empresa debe tener presencia. Una página web debe ser el punto de entrada hacia un autónomo o una pyme. Allí, no solo se darán a conocer los productos y servicios de estos, sino que se creará un canal de comunicación bidireccional.
El motivo es bien sencillo. Cada día son cientos de miles las personas las que realizan búsquedas en la red de redes con el objetivo de encontrar un determinado producto o servicio. Unos potenciales clientes que se pueden captar a través de recursos digitales como la propia página web, las redes sociales o el posicionamiento.
Un buen análisis del mercado y un conocimiento de cuál es el cliente al que se quiere llegar hará que estas dos estrategias, lejos de ser antagonistas, sean complementarias.