Los últimos informes sobre el mercado de la telefonía móvil indican grandes crecimientos en un sector que mueve millones de dólares a nivel internacional.
España es líder mundial en número de usuarios de smartphones. La penetración de estos dispositivos móviles en nuestro país ha alcanzado ya el 87% de la población. Una cifra que llega de la mano del nuevo récord de envíos internacionales de teléfonos inteligentes a nivel internacional: ya se han superado los 1,5 billones de dólares.
El sector de la telefonía y las telecomunicaciones ha experimentado un nuevo repunte en nuestro país: según la CNMC, en 2016 los ingresos totales para este mercado alcanzaron los 8.000 millones de euros. Una cifra que, atada a la alta tasa de penetración de smartphones en nuestro país, no deja cabida a las dudas.
Aun así, no todo lo que reluce es oro: los españoles tenemos muchos teléfonos inteligentes pero consumimos poco Internet: “Generalmente, seguimos fiándonos más de un simple SMS o una llamada que de un correo electrónico”, explica Jaume Montané, CEO de Monsan, empresa especializada en marketing móvil.
Y es que el marketing móvil es otro de los peldaños de esta escalera: el nuevo reto del sector de la telefonía y las telecomunicaciones es adaptar todo el contenido a la pantalla móvil y posibilitar cualquier tipo de acción. El último estudio de Forrester, consultoría líder en investigación de Internet, marca para este ámbito un camino de subida: la inversión de las empresas en este tipo de mercadotecnia superará en 2019 a la inversión en anuncios televisivos.
“Cada vez más consumidores prefieren realizar sus compras a través de la pantalla de sus smartphones o dispositivos móviles. Se trata de un modelo de comercio mucho más fácil y operativo, al cual las empresas se están adaptando muy rápidamente”, explica Jordi Sans, también CEO de Monsan, compañía que ofrece API’s para implementar sistemas de micropagos y monetización.
Aunque el camino a la digitalización completa de todos los comercios está en un horizonte todavía difuminado, lo que está claro es que la realidad digital se ha instalado de manera cómoda entre nosotros. Una realidad que, a pesar de pasar por nuestras pantallas, es más palpable y táctil que nunca.