Martin Sorrell escribía un artículo a principios del 2013 en el que venía a decir que el futuro del marketing y la publicidad estaba pasando de las manos de los Mad Men a los Math Men. Una afirmación interpretada por algunos como una manera de ‘relegar’ a la creatividad a un segundo plano.
En un artículo posterior, Sorrell respondía a sus detractores argumentando que la creatividad es el corazón del negocio de la publicidad pero también el de cualquier otro. No hay negocio sin creatividad y la creatividad no es monopolio de un departamento o grupo de profesionales concreto: la imaginación, la inventiva, el ingenio y el talento pertenece tanto al especialista de medios, relaciones públicas, desarrollo de software o investigación de mercados como al copy y director de arte.
- Nuestra industria depende de una infusión constante de personas creativas de todas las disciplinas. Sin ellos, simplemente no tenemos negocio.
- El talento es el alma de nuestra industria.
- Lo que vendemos son perlas. Bien seamos diseñadores, planificadores, redactores, directores de arte o estrategas corporativos, nuestra materia prima es el conocimiento que trasladamos en ideas, perspectivas y objetos que tienen un valor cuantificable para nuestros clientes.
- Sólo la mente humana puede realizar esta extraordinaria alquimia. Y sólo cierto tipo de mente, pero aquí tenemos que ser muy cuidadosos ya que hemos llegado a creer que sólo muy pocos son alquimistas, y creo que eso es malo y peligroso.
Personalmente, abogo por los Communicators Men, una simbiosis entre Mads y Maths que se ha beneficiado del efecto sinergia.