Por Belén Ávila Rodríguez de Mier
Persuadir es convencer a alguien con argumentos de que haga y/o piense algo. Y, el objetivo de la publicidad es influir sobre la conducta de un Público Objetivo hacia un producto, marca, persona, idea y/o servicio. Existen dos tipos de persuasión o discurso publicitario: racional y emocional y, dentro de éstos, infinidad de grados.
Publicidad racional: Más basada en la lógica y la objetividad. Se motiva a los sujetos por medio de una argumentación lógica de las ventajas del producto. Es muy común en los productos informáticos o en los medicamentos.
Publicidad emocional: Más basada en el simbolismo y la subjetividad. Consiste en vaciar el producto de su contenido objetivo y rellenarlo con un nuevo contenido simbólico con el que el receptor del mensaje se identifique de forma inmediata. En resumen, dotar al producto de significados y valores subjetivos positivos, de cara a ir configurando su imagen.