El gobierno Uruguayo está preocupado por la exposición de niños y adolescentes a contenidos violentos en los medios de comunicación. El Director General de Secretaría del Ministerio de Educación y Cultura, propuso eliminar la publicidad dirigida a niños en el marco del Comité Técnico Consultivo sobre los derechos de niños y adolescentes y los medios de comunicación. Fuentes del gobierno dijeron a No toquen nada que ya existe acuerdo para una «corregulación».
Las fuentes dijeron que en la última reunión, celebrada este martes, se avanzó en un acuerdo para una corregulación de la publicidad en televisión dirigida a los niños. Esto implicaría mecanismos normativos y la regulación de los propios medios de coomunicación y de los publicistas.
Una de las medidas propuestas, que ya se puso en práctica mediante un decreto, fue la inclusión de los informativos de televisión en el horario de protección al menor. La otra medida fue la promoción del diálogo para adoptar formas de autorregulación de los medios de comunicación en el manejo de información referida a temas de seguridad y violencia.
Desde el 14 de agosto está trabajando un Comité Técnico Consultivo sobre los derechos de niños y adolescentes y los medios de comunicación que está integrado por representantes de los canales de televisión, agencias de publicidad, por el gobierno y organizaciones de la sociedad civil.
Las reuniones son moderadas por Unicef y Unesco, dos organizaciones de las Naciones Unidas para la infancia y la cultura. El comité trabajará hasta el 20 de noviembre, día que deberá entregar al gobierno un informe con recomendaciones para mejorar el marco regulatorio vigente. En el caso de que no haya acuerdo, se dejarán sentadas todas las posiciones y el gobierno será el encargado de decidir.
Edison Lanza, periodista, en representación de la Coalición por una Comunicación Democrática, dijo que se busca que los medios de comunicación generen mecanismos claros de autorregulación. “Hasta ahora en Uruguay la autorregulación es tener un código no escrito, pero tener un código no escrito es como no tenerlo, porque la gente no sabe cuál es tu código, no sabe cuáles son tus principios ni a quién acudir cuando siente que el medio, periodista o espectáculo está hiriendo su sensibilidad”, dijo.
Hasta el momento el Comité llegó a algunos consensos generales en cuanto al funcionamiento del horario de protección a los niños y adolescentes:
*El Comité recomendará extender el horario de protección a los niños hasta las 22 horas (media hora más que la actual reglamentación) y hacerlo extensible a las radios.
*Se recomendará que exista un criterio de progresión de contenidos potencialmente nocivos para niños, es decir, que no se pase contenido violento o erótico inmediatamente después de terminado el horario de protección.
*También se recomendará el establecimiento de un sistema de símbolos y avisos de clasificación del contenido de acuerdo del tema y la edad para la que está recomendado. Estos avisos deberán emitirse al principio de cada programa de televisión y radio y al regreso de cada intervalo comercial.
*El comité propuso clasificar los programas por los siguientes temas: violencia, sexo/pornografía, lenguaje/vocabulario, drogas y discriminación. Aún no están definidos los detalles cómo se clasificarán los programas. Un subgrupo presentará una propuesta de clasificación de contenidos por temas.
Uno de los puntos donde hay posiciones encontradas es sobre la publicidad dirigida a niños y adolescentes. Las propuestas van desde la prohibición total de la publicidad para niños a la autorregulación de las agencias.
Patricia Lussich, presidenta de la Asociación Uruguaya de Agencias de Publicidad, dijo que cree en la autorregulación y considera que si un producto puede ser comercializado debe ser publicitado. “Las empresas anunciantes son empresas comerciales que tienen como objetivo legítimo la libre comercialización de sus productos”, dijo, y agregó: “si un producto puede ser vendido, tiene que poder ser publicitado. Si un producto tiene limitaciones en cuanto a su venta, tiene que tener limitaciones en cuanto a su comunicación”.
El CONARP (Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria) tiene un código de prácticas publicitarias orientadas hacia la buena competencia entre agencias de publicidad.
En cuanto a los niños y adolescentes dice que “los avisos publicitarios no deben abusar de la credulidad de los niños y la falta de experiencia de las personas jóvenes” y que deben evitar provocar daño mental, moral o físico. “No deben contener frases compulsivas que insten al menor a obtener el producto por cualquier medio”, agrega.
El CONARP actúa sólo en casos de denuncias de agencias de publicidad, pero no prevé un mecanismo de denuncias para los ciudadanos. De hecho, para hacer una denuncia se cobra una tasa de 20.000 pesos.
Lussich dijo que los destinatarios de la publicidad ya tienen otros mecanismos para realizar denuncias.
Si hay alguna violación al Código del Niño, el INAU tiene que recibir esa denuncia. Si hay alguna denuncia de un producto que dice que cumple con determinado beneficio y no lo cumple, tiene que ir a Defensa del Consumidor.
Una posición opuesta tienen algunas organizaciones sociales y el representante del Ministerio de Educación y Cultura, Pablo Álvarez, quien propuso la prohibición de la publicidad para niños.
Según Álvarez, los “actores importantes de grandes agencias de publicidad” sostienen que el fundamento de la publicidad es el engaño, es decir, “hacer creer a alguien que si carece de un producto, es un perdedor socialmente”. El jerarca dijo que es “inentendible la existencia de la publicidad dirigida a niños” ya que “en forma muy temprana asociar el éxito social con el consumo” no es un valor a promover.
Una de las consecuencias que puede acarrear la prohibición de la publicidad para niños es la desaparición de la programación infantil.
Hoy la programación para niños en la televisión abierta prácticamente ha desaparecido. Lussich dijo que esto ocurre en parte por la competencia de los canales infantiles de cable y por la decisión de algunos anunciantes de no pautar en programas infantiles como parte de sus políticas de marca.
Álvarez dijo que los canales de televisión deben tener programación infantil como parte de sus derechos de uso de las frecuencias y que el Estado puede crear un fondo para fomentar la producción de programas infantiles a través de concursos.
Una posición intermedia entre la autorregulación de la agencias y la prohibición de la publicidad la tiene la Coalición para una Comunicación Democrática.
Edison Lanza, representante de esta organización, dijo que la publicidad genera un consumismo de productos muchas veces dañinos. “La publicidad para niños está pensada para promover un producto y mucha de esa publicidad hace caudal de la credulidad de los niños”, dijo Lanza. La publicidad “le vende a los niños la idea de que consumiendo determinados productos va a ser mejor que un compañero de clase”, indicó.
La Coalición para una Comunicación Democrática está de acuerdo con la prohibición de la publicidad para niños, pero propuso el patrocinio de programas infantiles por empresas certificadas “que promuevan productos saludables para niños”.